lunes, 13 de octubre de 2014

Orientación y algo más

¡Hola a todos! Hace ya dos semanas que no escribo y creo que ya va siendo hora de contaros lo que he hecho en estas dos últimas semanas, aunque lo haga en varias entradas.
Lo cogeremos donde lo dejamos en la entrada anterior. El fin de semana del 19 al 21, y sí, los tres días, no me he confundido. El viernes 19 de octubre fue uno de esos días que a los profesores canadienses se les va la pinza y solo tienen que ir ellos al instituto. Una vez al mes, normalmente, tienen conferencias, reuniones u otras cosas que a mí no me interesan. Lo único que a mí me importa es que no tenemos que ir a clase ese día y como son los lunes o los viernes, pues nos cogemos puente. Pues bien, ese viernes y sábado tuvimos la Orientación, y os preguntareis ¿qué es la Orientación? Y no es nada más que un par de días donde nos juntamos los estudiantes internacionales y tenemos reuniones orientadoras, como su propio nombre indica. Pero no os creáis que estuvimos los dos días sentados en una silla escuchando aburridos discursos sobre las reglas y normas del programa. No, eso solo lo hicimos el sábado por la mañana. Aunque antes nos hicimos una foto todos los internacionales y las coordinadoras con la camiseta que nos dieron.


Como veis somos un montón. 102 adolescentes de todo el mundo estamos en el distrito de Cape Breton. Se que algunos de los que leéis mi blog os hacéis un poco de lió con los nombres del distrito, ciudad y provincia en las que ahora vivo. Lo sé porque más de alguno me lo ha preguntado y ahora lo explico para que sepáis bien donde estoy. Dentro de Canadá, es la provincia de Nueva Escocia, el distrito de Cape Breton (que es una isla) y la ciudad de Sydney. Si lo comparamos con España, Nueva Escocia sería la comunidad autónoma (en mi caso Castilla y León), Cape Breton sería una provincia (Burgos) y Sydney sería mi añorada ciudad de Aranda de Duero.

De la foto de todo Canadá (aunque se vea muy mal), esa cosita tan pequeña roja es Nova Scotia. En la foto grande, la de NS, lo rojo es Cape Breton, que aunque no lo parezca es una isla, y el punto negro es Sydney.
Después de este paréntesis orientador, volvemos a la otra orientación. Como decía el sábado tuvimos una mañana de reuniones y aunque se nos hizo un poco larga, todo lo que nos dijeron nos interesaba y debíamos prestar atención si no queremos tener problemas durante nuestra estancia en Canadá. Nos recordaron las normas del colegio, del autobús escolar, que no hay que beber, ni robar... y todas esa cosas. También nos hablaron del choque cultural que ya nos habían hablado en las reuniones informativas en Madrid meses antes de partir. La primera fase es como unas vacaciones o para mí más como un campamento, ya que ahí no voy con mis padres. Todo es nuevo, muy bonito, como de película americana, todo te sorprende... Pero la sensación que yo tenía, hablando en pasado ya que yo creo que ya he pasado esa fase, esa la de que todo eso se iba a acabar pronto. Que solo iba a durar un par de semanas, un mes como mucho, y que luego iba a volver con mi familia. Pero no, esa burbuja de vacaciones de película ya ha explotado y una vez pasado el primer mes esta nueva vida se convierte en tu rutina diaria y te vas acostumbrando a todo.
A parte de reuniones también nos lo pasamos genial. De hecho, el  viernes creo que fue el día que mejor me lo pasé desde que llegué aquí. Cogimos el autobús a las 9:30 de la mañana a la puerta del Riverview. Tras una hora de viaje llegamos a Baddeck. Allí hay un museo dedicado a Alexander Graham Bell. Nos dividimos en dos grupos. Mi grupo, primero hicimos una visita, por nuestra cuenta, al museo. Yo pensaba que iba a haber teléfonos antiguos o cosas del estilo, ya que Bell inventó el teléfono, pero no. El museo está dedicado a la aviación, ya que durante su estancia en Badddeck, Bell se dedicó a investigar y tratar de mejorarla. Luego nos cambiamos y nosotros nos metimos en una sala para escuchar una pequeña charla de unos 5 min sobre la vida de Alexander G. Bell, haciendo hincapié en su retirada al pequeño pueblo de Baddeck. Allí desarrolló la teoría de que todo lo que tuviera forma de tetraedro puede volar. Empezó a experimentar con pequeñas cometas, pero llegó a construir un avión hecho de pequeños tetraedros de papel. Llegó a volar, pero no aguantó mucho tiempo en el aire.
Nosotros le intentamos copiar en un taller muy divertido. En grupos de cuatro, tuvimos que montar una cometa compuesta por cuatro tetraedros de papel. Os muestro un par de fotos para que lo veáis con vuestros propios ojos, ya que es un poco difícil de explicar.

Primero montamos la estructura con palillos de madera.
Luego pintamos los papeles, cada uno con la bandera de su país.
El papel solo se pone en dos caras y todos los papeles de los tetraedros tienen que tener la misma orientación. Por último, le atamos una cuerda y a volar. Pero justo cuando salimos a volar nuestra cometa, se puso a llover, y se rompió la cometa. Intentamos arreglarla, pero fue imposible ya que la cuerda se había enredado y el papel estaba mojado. Pero aunque nosotros no lo conseguimos, el grupo anterior sí que voló sus cometas.
Luego llegó la hora de comer. Comimos pizzas en un restaurante y allí nos explicaron la siguiente actividad: Scavenger Hunt. Nos dieron una cartulina con un montón de fotos.


Nosotros tuvimos que recorrer todo el pueblo en busca de esos lugares y repetir esas fotos pero con algunos de los miembros del grupo presente para asegurarse de que no habíamos hecho trampas. Tardamos más de dos horas en encontrar los 17 lugares. Empezó a llover de nuevo pero nosotros seguimos con nuestra búsqueda bajo el lema Yo no me doy por vencido, el título de una canción de Luis Fonsi. Me lo pasé genial y me reí un montón. Al final ganamos y el premio fue un vale para pizza y un libro con información sobre Nova Scotia.
Luego fuimos al Gaelic Gollege donde pasamos el resto de la Orientación. Nos asentamos un poco en las habitaciones y bajamos a cenar. Cuando terminamos tuvimos tres talleres donde aprendimos la cultura de Cape Breton, hereda de la escocesa ya que es de donde desciende la mayoría de la población en la isla.
La primera parada fue para aprender sobre su " traje regional". Que es la típica falda escocesa.

Y hasta algunos de nosotros se lo probó.
En el siguiente taller aprendimos su baile tradicional, step dance. Fue muy divertido aunque es bastante difícil de aprender en diez minutos.

Salto, talón, puntera, puntera, salto...
Por ultimo aprendimos un poco de gaélico, el idioma de sus antepasados. Solo me acuerdo de tres de las palabras que nos enseñaron, son estados de ánimo que responden a ¿Cómo estás?, que ni siquiera me acuerdo de como se dice. Muy bien se dice gley va; así, así lo dirían como mienaj; y ski es cansado. Solo me acuerdo de como se dicen, no como se escribe y lo que acabo de escribir es como se transcribirían las palabras tal cual suenan.
Después de los talleres nos dieron un pequeño snack, unas galletas y unas patatas. Algún estudiante internacional sabe tocar el piano y nos amenizaron el snack. Luego encendieron una bon fire, una hoguera y calentamos alguna nube, pero esa noche hacía tanto frío que casi ninguno aguantamos mucho tiempo fuera. Ya no tenían preparado nada más para esa noche, pero nosotros nos montamos la fiesta, entre los brasileños y los hispanoparlantes, véase los mexicanos, los colombianos, Paula y yo. Los demás también bailaron pero solo escuchamos canciones en portugués y en español. Fue gracioso ver a personas de todo el mundo bailar la Macarena.
El sábado, como he contado arriba, tuvimos una mañana de charlas. Después de comer cogimos el autobús y de vuelta a casa. Paramos en el Walmart y allí me estaba esperando solo Andrew, ya que Michelle se fue ese fin de semana con su madre y su cuñada a Nueva York. Antes de volver a casa entramos  en Walmart para comprarme una calculadora y alguna otra cosa de material escolar que me hacia falta. No hice nada el resto de la tarde excepto hablar por Skype con mi familia. Por la noche vimos la película Blended, una comedia romántica muy divertida que la acompañamos con unas buenas palomitas.


El domingo 21, después de casi un mes, tuve la oportunidad de ir a una iglesia, lo único que mi familia no es católica si no protestantes. La misa es bastante distinta, pero bueno... El resto del domingo estuvimos en casa, descansando. Se agradece de vez en cuando tener un día de relax como los que yo me tiraba en mi casa, tardes enteras del domingo, tumbado en el sofá, viendo la tele, o con el ordenador.
Esa semana pasó con normalidad exceptuando por el examen de Math que tuvimos el martes 23, que fue más fácil de lo que yo me esperaba y saqué un 100%.
En la orientación nos dieron varios regalos:

Una camiseta, un gorro (ese si que me va a hacer falta), una mochila...
Y también nos dieron un pase gratis para probar un día en el gimnasio. Los que me conocéis sabéis que yo soy más vago que la chaqueta de un guardia y que el deporte, ejercicio físico, sudar... y esas cosas y yo estamos reñidos. Pues bien, el miércoles 24 pisé por primera vez un gimnasio. Otras internacionales y yo fuimos a probar la clase de zumba, y nos encantó, a mí por lo menos. Me lo pasé genial, aunque terminé agotado. Llevaba un tiempo queriendo probar zumba, pero nunca había tenido la oportunidad. Pero una de las razones por las que hemos venido a Canadá es para probar cosas nuevas, y ese es uno de mis lemas aquí, intentar probar todo lo que me ofrecen, ya sea comida, actividades, visitar nuevos lugares... Y quién me iba a decir a mí que iba a apuntarme a un gimnasio, yo que soy antideporte, pero aquí estoy con mi carne del gimnasio que me lo saqué a la semana siguiente, llendo un par de días a clase de zumba.


Pero tampoco nunca me habría imaginado que me iba a gustar el cangrejo o las patatas fritas, que ya quedan avisados mis primos, que a partir de junio, cuando la abuela haga patatas ahora hay que repartir entre uno más, ¡que ahora me encantan las patatas fritas!
Sin embargo ese jueves 25 de septiembre no me lo pasé tan bien, y es que ese día hizo un mes sin mi familia. Lo pasé un poco mal durante todo el día porque no paraba de acordarme de ellos, pero el peor momento por la noche antes de irme a la cama, cuando mentalmente repasas las vivencias de ese mes en tu nueva casa, todas preciosas e inolvidables, pero lejos de tu familia. Y se me estaba cayendo alguna lágrima cuando descubro que el gato está debajo de la cama.
Y es que no os he contado mi historia con el gato. En el sótano hay un gato que no puede subir arriba porque si no se lo come el perro. Ya el primer día me avisaron de que si dejaba la puerta abierta se iba a meter en mi habitación e incluso me podía despertar a media noche con el gato en la almohada. Entonces yo dejo la puerta cerrada siempre, porque a mí, que nunca he tenido gato, pues no me gusta que esté jugando entre mis cosas, y que además me lo deja todo lleno de pelos. Pues bien, como no le dejo entrar en la habitación, cuando me descuido se me cuela y me mete debajo de la cama y me cuesta dios y ayuda sacarle. Tengo que ayudarme de un palo o algo así para que se agarre a él y sacarle de debajo de la cama y luego fuera de mi habitación. Lo que no me entra en la cabeza es que algunos días quiere entrar en mi habitación o jugar conmigo, y otros cuando estoy bajando las escaleras sale corriendo a esconderse. Que quede claro que no tengo nada en contra de los gatos, incluso a veces juego con él, pero no en mi habitación.

Decid hola a Stanley
Y como iba contando, esa noche antes de dormirme cuando una lágrima iba cayendo por mi mejilla descubrí que el gato estaba en mi habitación y al intentar sacarle pues la lágrima se fue con el gato fuera de la habitación. Tengo que agradecerle al gato que por lo menos me ayudó a no pegarme una panzada a llorar.
Bueno y creo que voy a cortar aquí la entrada que se está haciendo un poco larga. Espero poder escribir pronto otra vez. Sólo me queda decir que aunque sea con un día de retraso ¡Viva España!, que ayer 12 de octubre fue el día de la Hispanidad. Que a veces no valoramos nuestra tierra hasta que estamos a 5000 km de ella. Como tampoco valoramos otras cosas como la familia. Por eso me voy a despedir por hoy mandando un beso a toda mi familia: a mis padres y a mi hermana, a mis tíos, a mis primos y a mis abuelas. Un beso gigante para todos vosotros, que os quiero mucho y se os va echando de menos. Y como hoy aquí es Thanksgiving Day, no me quiero despedir sin dar gracias por todas la personas que me rodean. Las que están lejos, todas las que acabo de mencionar además de otras muchas personas que considero mis amigos, y con las que conviviré esto curso: los Plumridge. Que aunque ellos dicen que están locos, yo prefiero decir que son divertidos. Porque me han hecho pasar un mes increíble, y ¡lo que nos queda!

Happy Thanksgiving!! (¡Feliz acción de gracias!)
Pd: me encanta que dejéis comentarios en el blog, pero por favor decidme quien sois para poder responderos.
Esto es todo por ahora, un beso muy grande y espero que os haya gustado.
Saludos canadienses.
Sergio

5 comentarios:

  1. Sergio un abrazo muy fuerte desde aranda, en especial de todos tus amigos, que no nos olvidamos que dentro de poco es tu cumple, y que te vamos a felicitar, y se te echa de emnos en clase, y podrias comentar algo en tu proxima entrada de como es tu habitacion y eso y lo acompañas de fotos???

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  2. te queremso todos y te echamos de menos!! se te echara de menos en semana santa, sobretodo en la parroquia, podrias comentar en tu proxima entrada, que bachillerato vas a escoger aqui en el vela el proximo año, y como te van a hacer los examenes de 1º

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    1. joder si se le echa de menos, como que se nos ha ido un buen catequista, disfruta al maximo cabronn!!!!!!!!!

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  3. hola segis, ya sabras quien soy por eso, solo yo te llamo sergis, solo queria decirte que te echo de menos y que escribas mas a menudo que casi ni escribes, no va a mal

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  4. Hola Sergio soy la tía Maria jesus.nos gusta que nos mantengas informados.un beso muy fuerte de parte de los cuatro.disfruta y cuidate

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